Through
La obra de Lewis Carroll: Through the Looking Glass and What Alice Found There no puede leerse en ninguno de los términos de una dualidad que opone “sense” y “nonsense”: se ubica en el continuo traspaso, en el ir y venir de un extremo a otro.
“Sense” es una práctica significante relacionada con el discurso científico en tanto pretende dar cuenta de un saber. Un saber sobre lo real, que es entendido como el fenómeno significado, y cuya objetividad se trata de restaurar (aunque sea multiplicada). En el extremo opuesto, “nonsense” es aquella práctica que si no destruye al menos distorsiona toda identidad entre signo y objeto significado. “Nonsense” está relacionada con el discurso poético, pues la función comunicativa se ve excedida para producir tanto los efectos musicales como el sin sentido. Revoluciona no solamente las creencias y significaciones recibidas, sino incluso las experiencias, es decir, la sintaxis misma.
Ambos extremos resultan igualmente estériles para producir el discurso de la Literatura, que está siempre ligado a la practica del “sense” pero en una relación de negación o exceso. Es algo diferente de un “saber” en tanto persigue un concepto de verdad singular. De esta forma, Literatura también se asocia con el carácter indecible de aquellos elementos de la práctica del “nonsense." El discurso literario los retoma sin los prejuicios del discurso unívoco racional, y asi se constituye como espacio de reflexión e imaginación, de reflejo e inversión.
Aqui argumentaremos que el relato, Through the Looking Glass and What Alice Found There, en tanto Literatura, sólo puede producir sentido en un lugar intermedio de contaminación o pasaje entre esas dos prácticas significantes. Llamamos a dicho lugar “trough," que es "a través," pero también “atravesando." Lo leeremos en el título y triplicado en el cuerpo del relato. En el espejo, el ajedrez y en el sueño: tres universos de inversión y reflejo, reversibilidad e identificación.
EL UNIVERSO DEL ESPEJO
Una superficie pulida en la cual se produce una reflexión de la luz constituye un espejo. Respecto de éste, la imagen de un punto es siempre su simétrico. Esta afirmación servirá como marco para la acción del cuento, un resto de sentido o de verosimilitud, en el momento en que es enunciada por Alicia :
“First, there´s the room you can see though the glass – that´s justPero en seguida es excedida la ley física, y la “superficie pulida” del espejo se convierte en “bright silvery mist” y se derrite. En el texto no se explicita qué es lo que le sucede a Alicia en el pasaje. Puede reponerse a partir de su despertar en el Capítulo XI, que se quedó dormida, pero en este momento en que el espejo (tanto como la ley física) está siendo traspasado ha quedado elidida la descripción. A partir de esa elipsis, el texto se ha convertido en un lugar de experimentación viva, en el que la interpretación desaparece, o por lo menos desaparece la posibilidad de que nosotros interpretemos al lenguaje: él es el que se ha puesto a interpretarnos y a interpretarse a sí mismo.
the same as our drawing-room only the things go the other way round”
En ese filo entre lo real y el mundo “otro”, en la frontera continuamente traspasada, se ambienta la aventura entera de Alicia si se la conecta con los conceptos de materia y antimateria provenientes del mundo de la física. Esta relación la pone a funcionar Martin Gardner al acotar a la especulación de la niña: “Perhaps Looking-glas milk isn´t good to drink” que, según los descubrimientos de la ciencia:
“It now appears likely that particles and their antiparticles (that is,Lo que no estaría pensando Gardner es que si Alicia efectivamente no sufre ninguna transformación, ella de ninguna manera podría sobrevivir en el mundo al otro lado del espejo. También Stephen Hawking al contemplar que: “Life will be just the same for the inhabitants of another planet who were both mirror images of us and were made of antimatter, rather than matter”. remarca que son necesarias para la inversión dos operaciones simultáneas: el intercambio de partículas por antipartículas y tomar la imagen especular.
identical particles with opposite charges) are, like stereo isomers, nothing
more than mirror image forms of the same structure. If this is true, then
looking-glass milk would be composed of “antimatter” which would not even be
drinkable by Alice, both milk and Alice would explode as soon as they came in
contact. Of course an anti-Alice on the other side of the looking-glass would
find anti milk as tasty and nourishing as usual.”
Este aspecto en Alicia es ambiguo, por un lado podríamos pensar que ella sigue siendo la misma de siempre en tanto, como bien remarca Edmund Wilson: ella no cambia y, a lo largo de sus aventuras siempre es “a self-possessed little upper-class English girl, who never fails in the last resort to face down the outlandish creatures that plague her”. Pero por otro lado, siguiendo con esta especulación, Alicia no hubiera sobrevivido al pasaje mas de unos pocos segundos, a no ser que, como dibuja Tenniel, ella se transformara en su imagen especular (idéntica, sólo que de distinta “mano”). Igualmente esa mutación ocurriría en el medio, en la frontera entre un lado y el otro del espejo y es en ese lugar en que tenemos que pensarla.
Entre el mundo de Carrol con el mundo de la ciencia, hay otro hecho que merece ser tomado en cuenta: ni Alicia ni los gatitos encuentran sus dobles del otro lado del espejo. Esto podría estar relacionado con las investigaciones que Luis Pasteur hiciera a mediados del siglo XIX sobre la desviación lateral en determinadas moléculas de sustancias orgánicas (esterosimetría). El consideró que la asimetría era un rasgo fundamental de la vida, pues fuera de los tejidos vivientes, los compuestos asimétricos se encontraban siempre en forma racémica: una mezcla de moléculas de la “mano” derecha y de la izquierda (únicamente en los tejidos vivientes tienen los compuestos orgánicos una única “mano”). Pasteur creía que si pudiera tan sólo descubrir cómo la naturaleza introducía la asimetría en los compuestos orgánicos estaría muy cerca del secreto de la vida misma. Lúniverse— escribió —est dissimétrique.
También Prigoggine en El nacimiento del tiempo hace una reflexión acerca de la relación entre la vida y la asimetría. Sostiene que la vida es el tiempo que se inscribe en la materia y provoca la ruptura de la simetría.
Pero hay una diferencia abismal entre los enunciados de este discurso con pretensión de rigidez unívoca del sentido y los del relato, pues no vemos a Alicia explotar, y el mundo del otro lado del espejo es algo mucho más complejo que la inversión. Como Alicia descubre con asombro “...what could be seen from the old room was quite common and uninteresting, but that all the rest was as different as possible...”. Carroll (quien de alguna manera también vivía en el margen) trabaja al mismo tiempo con los materiales abstractos de las concepciones matemáticas y lógicas, y con la irracionalidad de los sueños.
Tal vez por esa posición incómoda, al filo de lo racional y lo onírico es que comprobaremos junto con Alicia que tampoco se mantienen los marcos posibles de referencia espaciales y temporales. Las leyes de la física no distinguen entre las direcciones hacia adelante y hacia atrás del tiempo, pero, como explica Stephen Hawking, nosotros no vemos una taza hecha añicos en el piso saltar y convertirse en una taza entera sobre la mesa porque lo prohibe la segunda ley de termodinámica que establece que “in any closed system disorder or entropy always increases with time”, en otras palabras, sería una forma de la ley de Murphy: “Things always tend to go wrong”. Una taza intacta en la mesa es un estado de alto orden, pero una taza rota en el piso es un estado desordenado.
En base a esta ley propone tres “flechas del tiempo”, dos de las cuales están profundamente dislocadas en el relato (no están, sin embargo, sistemáticamente negadas o invertidas totalmente como cabría esperar):
a) La flecha termodinámica: la dirección del tiempo en que el desorden o la entropía aumenta, no daría cuenta del episodio en que la Reina Blanca primero se venda el dedo, luego grita que su dedo está sangrando (la sangre saliendo del dedo sería un estado de entropía máxima), y finalmente se pincha con un broche y su dedo está sano (estado de mayor orden) pues ya sangró y ya fue vendado (tampoco grita “nuevamente”). El orden de los acontecimientos no está invertido prolijamente pues primero se sale el broche y luego la pincha, cosa que ocurriría de manera idéntica en el mundo real.
b) La flecha psicológica: la dirección del tiempo en que nosotros recordamos el pasado pero no el futuro es violada cuando la Reina afirma “memory works both ways” . Aunque si hubiera sido invertida, siguiendo la misma lógica que la de las imágenes en el espejo, ella sólo podría recordar el futuro, es decir funcionar hacia adelante.
El tiempo vive siempre en el límite, en el filo del cristal, que refleja sin cesar. Por su doble movimiento: hacer pasar continuos presentes reemplazando uno por el otro en dirección al pasado y de conservar todo el futuro, es el punto en que las dos imágenes: la actual y la virtual son indiscernibles.
Lo mismo sucede con el espacio al estar estructurado como un tablero de ajedrez pero simultáneamente convertido en un universo de experimentación donde es necesario (no tan sólo posible) correr para mantenerse en un mismo lugar.
EL UNIVERSO DEL AJEDREZ
La vida misma, el mundo comparado con un gran juego de ajedrez no es una imagen nueva para la literatura, además de los pasajes que Gardner reproduce en The Annotated Alice, podemos citar aquí un fragmento del poema “Ajedrez” de Jorge Luis Borges:
II
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
Reina, torre directa y peón ladino
Sobre lo negro y blanco del camino
Buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada
Del jugador gobierna su destino,
No saben que un rigor adamantino
Sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
De negras noches y blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza,
¿Qué dios detrás de Dios la trama empieza
De polvo y tiempo y sueño y agonías?
Borges no sólo imagina al hombre como pieza de una partida de Ajedrez sino también al creador y a otro detrás de él, en una sucesión infinita donde lo que se subraya es la falta de libertad de quien es manejado inconscientemente por otro “jugador”.
A Carroll la metáfora del ajedrez le sirve para articular, mediante sus fichas animadas, éste libro con el juego de cartas del primero. Además constituye el enlace perfecto con la metáfora de la reflexión especular, en tanto que las piezas de un lado del tablero son arregladas asimétricamente en cuanto a las posiciones del rey y de la reina, y tienen su imagen especular exacta del otro lado del tablero. Hay inversión y reflejo en el juego en sí.
Cuando Alicia ve el tablero piensa lo divertido que sería ser parte de ese juego y acepta la propuesta de la Reina de ser peón. Luego recibe las indicaciones, ocho movimientos que debe realizar para convertirse en reina, este intercambio forma parte del Ajedrez. Sin embargo existen algunas violaciones a las reglas del juego, como la alternación de las jugadas entre un color y otro y un jaque que es ignorado. De cualquier manera, la mayoría de las fichas animadas responden con su carácter y sus acciones a los movimientos que les corresponden en el tablero: las reinas son arrogantes y “vuelan”, son las que mayor libertad poseen para trasladarse, en comparación al rey, por ejemplo, que sólo avanza de a un casillero por vez, y aparece durmiendo.
A esta aparente correspondencia con el juego “real” hay que agregar que muchos de los personajes con los que Alicia se va a topar no pertenecen ni a la realidad ni a las fichas de Ajedrez sino que son sacados de canciones para niños de la época victoriana. En consecuencia, hay un pasaje y una contaminación, entre el tablero que representaría un lugar de ley estricta y lógica rigurosa y los sujetos fantásticos que plagan ese lugar.
Contrariamente a lo que podría esperarse (aunque Carroll en sus relatos es como si intentara que “esperáramos” cualquier cosa) estos seres no son irracionales ni sus razonamientos caóticos, más que en apariencia. Es decir, que si uno se guía por las acotaciones que hace Alicia podría pensar que todo lo que dicen sus interlocutores es totalmente anárquico, pero al prestar atención a sus enunciados se percibe la severa estructura que subyace.
La lógica es la ciencia de los principios de la inferencia formalmente válida, y en tanto pensamiento y lenguaje son inseparables, también está cuestionada en éste relato la ciencia de las leyes del lenguaje, de su uso sensato. La cordura que proviene del sentido común es relativizada en muchos de los diálogos de Alicia con los habitantes del mundo del espejo, que llevan las palabras son a su uso onírico, trastocado, pero con leyes meticulosamente puestas en evidencia.
Primeramente hay que remarcar el énfasis en la funcionalidad de los nombres, puesto por el mosquito (gnat) que encuentra Alicia al salir al jardín. Este insecto plantea que el hecho de que alguien tenga un nombre, que sea “llamado”, sirve para que venga cuando se lo “llama”. Por otro lado, no comprende como Alicia los nombres comunes, útiles sólo para los humanos que designan con ellos aquellas porciones de la realidad que no son sus interlocutores.
Por otra parte, cuando Alicia enumera los insectos que ella conoca, el mosquito juega con sus nombres, cambiándolos sólo en parte pero generando grandes transformaciones en aquello que designan. Estos sufren en sus características la descripción de los objetos que se asocian con las palabras que componen sus nombres. De esa manera un tábano (“Horse-fly”) equivale a un “Rocking-horse-fly” una especie de caballito de madera que se hamaca de rama en rama, y la mariposa (“Butterfly”) se llama Bread-and-butter-fly y su cuerpo se compone de finas rodajas de pan con manteca. Pedazos de palabra designan pedazos de realidad para poner en evidencia la relación arbitraria de los símbolos y sus referentes, que no resulta menos inmotivada por fragmentar los significantes y sumar sus significados en el objeto designado.
En segundo lugar, pero quizás el ejemplo más evidente, la disciplina personal impuesta por Humpty Dumpty y menos extensivamente por el caballero blanco. La tesis de Humpty implica que los nombres propios deben tener un contenido descriptivo de aquello que designan. En ese sentido le incrimina a Alicia: “With a name like yours, you might be any shape, almost.”. Pero además todo el diálogo que mantiene con nuestra protagonista toma la forma de adivinanza, y las preguntas que ella le hace buscando lo que en el uso cotidiano del lenguaje se llama conversación, él las responde haciendo alarde de sus conocimientos, es decir, intentando demostrar que sabe las respuestas “correctas”.
La misma precisión pretende Humpty cuando le pregunta algo a Alicia quien acostumbrada al uso vago del lenguaje de este lado del espejo, responde a lo que ella cree que escuchó. Pero inmediatamente se produce un pasaje y la exactitud, que en la conversación parecía inútil pero en la información acerca de la edad de una persona se considera necesaria, es traspasada por el ser especular que le indica a Alicia la conveniencia de tener siete y no seis años y medio.
El Caballero blanco comienza una serie potencialmente infinita para nombrar una canción, remarcando la diferencia entre cómo se llama el nombre de la canción, cómo se llama la canción, cómo la llaman a la canción y lo que la canción es realmente, sin la arrogancia de Humpty pero con la misma pretensión científica de desambiguar y mezclando deliberadamente distintos niveles de lenguaje y metalenguaje.
Si se produce un ir y venir entre la exactitud y la vaguedad, y en cada extremo la elección es presentada como imprescindible para el éxito comunicación, es porque, como nos damos cuenta más adelante, Humpty Dumpty tiene bien claro “quién manda” a las palabras. Esta posición nominalista puede ser leída desde muchos puntos de vista y entera argumentación nos puede llevar a inagotables disgresiones acerca de la lógica del lenguaje y la posibilidad de la comunicación. En éste informe intentaremos abarcarla a partir de la correlación que se produce, entre el discurso con pretensiones de univocidad de sentido con que él intenta dar una interpretación acabada al poema “Jabberwocky”, y la propia multiplicidad de éste discurso poético.
Aquí, otra presentación del problema planteado en nuestra hipótesis. La lectura de este fragmento oscila entre dos prácticas significantes, que se identifican “sense” con la interpretación de Humpty, y “nonsense” con el famoso poema, sin presentar ningún tipo de síntesis o de solución entre los contrarios.
Una lógica selecta y controlada es usada por Humpty para interpretar el poema reduciéndolo a un amontonamiento de grotescos animales que parecen lagartos o sacacorchos y dan vueltas por un reloj de sol a la hora de la tarde en que se cocinan los pucheros. Si tenemos en cuenta que esa lógica proviene de su convicción acerca del carácter individual de la asignación de signos a las parcelas de realidad, queda reducida su interpretación a un montón de símbolos no menos indescifrables que los que conforman el poema (aunque sean similares a los que usamos en el lenguaje cotidiano, no hay nada que nos asegure que están significando lo mismo).
De cualquier forma, no debemos olvidar que cuando “Jabberwocky” había aparecido en el capítulo I (con la inversión material, que sufren las palabras al enfrentarlas a un espejo, en la primer estrofa) a nosotros nos sucede lo mismo que a Alicia: “...she didn´t like to confess, even to herself, that she couldn´t make it out at all”.
Por lo tanto, si por un lado nos convencemos de que no existe “el verdadero sentido” de un texto (como pretende Humpty), y que todo “saber” aparentemente objetivo sólo sirve para enturbiar la percepción, por otro lado la oscuridad propia del “nonsense” nos hace valorar la interpretación como segundo paso necesario a la experimentación de la indeterminación de la poesía.
En tercer lugar cabe destacar que a lo largo de todo el recorrido de Alicia el lenguaje, la representación simbólica de la experiencia, tiene valor en sí mismo. Todas las Nursery-Rhymes de las que se extraen muchos de los personajes, están usadas para demostrar la fuerza del lenguaje, en tanto es la existencia de estas canciones en sí misma lo que determina el curso de la acción relacionada con ellas. Por eso en el capítulo siguiente de abandonar a Humpty Dumpty, Alicia ve pasar “all the King´s horses and all the King´s men” y Tweedledum y Tweedledee tienen una batalla que es interrumpida por la aparición de un enorme cuervo “As black as a tar-barrel”.
Una profunda reflexión sobre el uso del lenguaje subyace a toda la aventura de Alicia y también una puesta en evidencia del poder de las palabras de determinar lo real (cosa que se relaciona con la sensación de ceguera al recorrer el bosque donde las cosas no tienen nombre). El texto se convierte en un espacio de choques y discusiones al intentar establecer cualquier comunicación pero también se vuelve un ámbito de libertad y de experimentación en cada uno de los poemas que se reproducen.
EL UNIVERSO DEL SUEÑO
Hemos estudiado el doble movimiento de inversión y reflejo que se producía tanto en el Espejo, en cuanto a las leyes físicas, como en el Ajedrez, en relación con la lógica del pensamiento y el lenguaje. Este continuo traspasar profundizaba en ambos casos la dificultad de distinguir entre sueño y realidad.
En el relato no hay más margen que el espejo entre lo virtual y lo real, que como vimos se derrite y es atravesado. Todas las posibles referencias que nos servirían para distinguir un mundo del otro se encuentran funcionando en ambos lados. Por un lado uno podría identificarse sueño con imaginación y por lo tanto falsedad y vigilia con realidad y verdad. Pero en éste relato, no solo la acción del sueño parece verdad sino que, por situarnos en mundo imaginario de una niña que no encuentra dificultad, tanto antes como después de dormirse en dialogar con sus gatos y hacerlos posar como fichas, no se puede tomar como criterio de falsedad el que ni los animales ni las fichas de ajedrez hablan en éste mundo (al menos no sin fracturas: con Alicia si se comunican).
En segundo lugar, los personajes fantásticos que encuentra en el tablero no son más que aquellos que ella ya conocía en las Nursery-Rymes, que de pronto están puestas en escena por un Carroll que puede estar pensando, como el caballero blanco: it´s my own invention, Y también se borra cualquier frontera cuando Tweedledum y Tweedledee le muestran a Alicia que el Rey Rojo está dormido bajo un árbol y que está soñando con ella. Este problema se hace nuevamente explícito en el nombre del capítulo XII: “Which Dreamed It ?”y ya no es la vida sueño propio sino de otro al que creíamos perteneciente a nuestro mundo interior.
Tampoco puede identificarse el sueño con el caos, el compromiso de Alicia con el mundo ordinario en lo que la hace confundirse y no ver el ordenamiento, la profunda ausencia de caos de la que proviene la aparente falta de lógica. Alicia está confundida, como virtualmente son confusos los sueños. Pero su virtualidad se constituye como punto de orientación para conducir una experimentación que desborda en todos los sentidos su capacidad de previsión.
Para alcanzar su objetivo, la ciencia debe hacerse fría en su forma de utilizar el lenguaje. La poesía lo emplea de manera dinámica. Al contrario del científico, el poeta se inclina por los términos ambiguos, abundantes en multiplicidad de sentidos, cargados de connotaciones acumuladas en el transcurso de los tiempos. Altera el orden habitual de las palabras, las frota unas con otras como a piedras que se le sacan chispas. Desviando los conceptos de su papel, yuxtaponiendo de un modo inesperado términos que no van juntos, hace nacer imágenes, emociones desconocidas, una nueva experiencia de mundo.
A lo largo de este trabajo, no hemos encontrado un lugar sino un flujo como movimiento continuo, algo intensivo, instantáneo y mutante entre una creación y una destrucción. Entre el espacio creador, de desorientación e indeterminación, propio del lenguaje poético, donde nace un deslumbramiento en el que cuanto menos significación, más posibilidades de experimentar sentidos. Y el espacio del mundo como estructura significante a que el discurso científico se encuentra eminentemente adaptado en su esfuerzo por interpretar, explicar, agotar y destruir lo real.
El relato en que Alicia atraviesa un espejo para encontrarse en un mundo como un tablero de ajedrez con las vidas de personajes fantásticos, tiene en común con la lógica la construcción de edificios regidos por las normas a menudo estrictas y rigurosas, pero posee como suplemento el arte de crear lo real, y dar vida.
BIBLIOGRAFIA
• Carroll, Lewis; El juego de la lógica y otros escritos; Madrid, Alianza, 1972; Traducción selección y prólogo Alfredo Deaño.
• Carrol, Lewis The annotated Alice; Inglaterra, Penguin Books, 1965 ; Prólogo y anotaciones por Martin Gardner.
• De la Mare, Walter. Lewis Carroll; londres, Faber & Faber Limited, 1932.
• Deleuze, Gilles; Lógica del sentido; España, Paidós, 1989.
• Gardner, Martin; Izquierda y derecha en el cosmos; Madrid, Alianza, 1964.
• Hawking, Stephen; A Brief Story of Time; Londres, Batham Press, 1988.
• Prigogine, Ilya; El nacimiento del tiempo; España, Tusquets, 1993.
• Reeves, Hubert; Malicorne; Barcelona, Emecé, 1992
Entre “sense “ y “nonsense”, y lo que Alicia encontró allí
Ana Lucía Rivas
Literatura Inglesa